eterno eco

martes, 16 de agosto de 2011

Rumbos perdidos

En uno de aquellos días en que la vida parece no tener sentido,
Christina quiso saber si allá afuera de las paredes de su lúgubre habitación, existía algo mas esperándola...
Salió, caminando sin destino alguno, guiándose por el viento, abstrayéndose de la realidad;
parecía un ánima suspendida en el aire: blanca cual armiño, de cabellos cobrizos,
ojos de mirada profunda y llenos de nostalgia… no parecía de este lugar…

Optó por el parque, el cual no estaba muy lejos del hogar.
Se sentó a descansar en la fría y húmeda hierba, admiró la escena y le pareció que el mundo se detenía,
que estaba fundido por el peso que llevaba en él.
Posó su mano en el viejo y raído Ulmo surcando sus heridas, sus grietas y su esencia,
mientras contemplaba al resto sumidos en sus propias vidas, en su tiempo.
Tiempo que para ellos es sólo un muro, un obstáculo;
y se preocupan tanto de vencerlo o simplemente olvidarlo que finalmente,
lo único que hacen es abrazarse al vacío y besar la nada,
creyendo pisar tierra firme cuando en realidad es sólo arena movediza que segundo a segundo los atrapa y ahoga cada vez mas.

Christina se quedo inmóvil y silenciosa;
decidió obviar a las personas para lograr ver verdadera “vida”.
Vio las hojas acunarse en el viento, susurrando historias tan longevas como el universo y tan bellas como el alma de un niño,
pero también oyó relatos tan dolorosos como lo son los sueños muertos y olvidados en el camino.
Sintió la brisa recorriendo su rostro, su silueta, completamente a ciegas y eso la llenó de paz.

Observó la vida más que cualquier otro ser humano, pero como todas las cosas en el universo,
nada es perfecto, nada es para siempre…

Lenta y sigilosa llega la oscuridad,
aquella que celosa de la bella noche intenta confundirnos haciéndonos creer que son parte de una misma unidad de un todo.
Se acercó a christina intentando rozarla, para así conocer lo que a ella le esta prohibido:
la vida y la felicidad. Christina se estremece, el frío le recorre la espalda; algo cambió en ella:
tiene miedo de la luz que le otorga la luna, ya nada se ve igual, los árboles solo vociferan sonidos inentendibles,
azotando en su ira al viento, el cual ella ya no siente.

Dejó de soñar, dejó de creer… Se incorporó deprisa, tratando de resistir el frío, la oscuridad, el silencio,
la soledad y la rabia empezaba a clavarse en ella como aguja que termina por desaparecer entre la piel.
Caminó y caminó rumbo a casa, ya ni siquiera podía sentir sus pies al andar.
Se detuvo, luego se dejó caer en el borde de la acera, desvaneció y ladeó su rostro hacia un lado de la calle,
así pasaron los segundos, esperando… A esas alturas ella no tenia la menor idea de que hacia allí inmóvil, como adherida al suelo,
observando el vaivén de automóviles con las personas ensimismadas en ellas mismas que no ven ni oyen nada mas que lo que está contenido en su pequeño mundo. Quizá pudiese existir alguien que necesite auxilio, tanto como lo necesitaba christina en ese instante, pero viven cegados creyendo mirar y son ingenuos creyendo entenderlo todo,
les han vendado tan bien los ojos que no pueden saber lo que tienen ante ellos.

De repente las lágrimas brotaron de sus ojos por haber olvidado, lloró por convertirse en uno de ellos, lloró por haber perdido su camino. Y así, lagrima tras lagrima sintió que derramaba sangre, que cada gota al caer limpiaba su alma. Después de eso las sombras fueron desapareciendo, lentamente las tinieblas se disiparon, alzó su mirada y allí se encontraba la luna resplandeciendo, consolándola y serenando su llanto. Ya no había temor, solo una inusitada comprensión de la cosas, un equilibrio armonioso.

Admiraba con fervor y asombro a la dama blanca, tanto que en sus ojos se podía ver un destello, la vida transcurrir en un momento, este día, este cambio vertiginoso en tan solo un instante

Y allí se encontraba christina sonriendo al viento, incorporándose, escuchando a las hojas murmurar nuevamente, mientras agradecía cada paso que daba a casa, alzando su corazón al infinito, volando mas allá de lo imaginable sin jamás despegar sus pies de la tierra
posted by dranik at 0:17 0 comments